Trastornos de Conducta

Además del TDAH, existen otros problemas de conducta en los niños y adolescentes los cuales se caracterizan por la tendencia a desafiar a las figuras de autoridad y por violar los derechos de otros.

Estos problemas de conducta generan muchas dificultades a los niños para adaptarse a su entorno social. A su vez, dichos trastornos afectan a las personas que rodean a estos niños o adolescentes.

Los trastornos a los que nos referimos reciben el nombre de trastorno negativista desafiante y trastorno disocial, este último más grave y con peor pronóstico que el primero.

¿Cuándo se sospecha que un niño padece un trastorno negativista desafiante?

El trastorno negativista desafiante se caracteriza por conductas rebeldes que sobrepasan las esperadas en un niño o adolescente normal. Estas conductas suelen generar muchas dificultades cuyas consecuencias repercuten en el paciente y quienes lo rodean.

Si su hijo presenta varias de las siguientes características existe la posibilidad de que padezca un trastorno negativista desafiante.

  • Discute mucho con los adultos
  • Con frecuencia pierde el control
  • Desafía a se niega en forma activa a obedecer las indicaciones o la reglas de los adultos
  • Molesta deliberadamente a otras personasmedico-06
  • Culpa a otros por sus errores o mala conducta
  • Es susceptible de irritarse o las personas logran que se moleste con facilidad
  • Habitualmente está enojado o resentido
  • Es rencoroso o vengativo (busca desquitarse)

¿Cuándo se sospecha que un niño padece un trastorno disocial?

El trastorno disocial también conocido popularmente como “delincuencia juvenil”, es el equivalente en los niños al trastorno antisocial en los adultos. Las conductas antisociales atentan contra los derechos y garantías de las demás personas y generan un daño a la sociedad, de ahí su nombre “anti-social”.

Si su hijo presenta varias de las siguientes características existe la posibilidad de que padezca un trastorno disocial.

  • Hostiliza, amenaza o intimida a los demás
  • Inicia peleas físicas
  • Engaña a los demás, miente para salir de los problemas o para evitar obligaciones
  • Falta a la escuela sin permiso
  • Es cruel físicamente con las personas y/o con los animales
  • Ha robado objetos de valor
  • Destruye intencionalmente las cosas de los demás
  • Ha usado un arma que puede provocar daño serio
  • Ha provocado incendios con la intención de hacer daño
  • Ha irrumpido en la casa, oficina o auto de alguna persona
  • Ha permanecido fuera de casa durante la noche sin permiso
  • Ha escapado de casa de un día para otro
  • Ha obligado a alguien a sostener algún tupo de actividad sexual

¿Quién debe realizar el diagnóstico de trastorno negativista desafiante y o el de trastorno disocial?

El diagnóstico lo puede realizar cualquier médico con experiencia en los trastornos mentales de le infancia (puede ser un psiquiatra, psiquiatra infantil, neurólogo o pediatra). Contrario a lo que muchos creen, no es necesario realizar un electroencefalograma ni ningún otro estudio del cerebro para confirmar el diagnóstico. El electroencefalograma por lo general es un estudio que se solicita para apoyar el diagnóstico de epilepsia.

¿Cuál es el tratamiento de estos trastornos?

Debido a que cada niño es diferente, debe diseñarse un plan de tratamiento para cada caso, este puede incluir tratamiento psicológico al niño y su familia, educación a los padres y el uso de medicamentos. Algunos medicamentos son útiles para controlar los impulsos, la irritabilidad y la agresividad. Es frecuente que estos pacientes también tengan el diagnóstico de TDAH y habitualmente se benefician al recibir tratamiento para este trastorno.

¿Por qué es necesario el tratamiento?

Las investigaciones médicas en la actualidad muestran que un niño y adolescente que recibe tratamiento tiene menor riesgo de desarrollar conductas antisociales en la edad adulta. Es muy importante la participación de los padres y maestros en el tratamiento de los pacientes que sufren estos serios problemas de conducta. Sin el apoyo de los adultos que rodean al niño, el pronóstico se ensombrece.

 

Psiquiatra Infantil